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Hotel Heartbreak, habitación 891.

-Jo, tío -resopló, poniendo las botas encima de la mesa. Al ordenador le faltaba poco para echar humo, y él no podía mirar por las ventanas sin moverse. Cómo había acabado ahí, era un misterio. Que era muy impulsivo, decía. La cuestión es que ese día no le apetecía trabajar más. Ni esa semana. Ni, probablemente, ese mes. Total, estaba todo pagado. Con un bostezo, se estiró y bajó los pies al suelo con un golpe sordo. Observó la cama, haciendo una mueca de disgusto. No era la suya, ni siquiera especialmente cómoda. Y era una movida, porque dormía fatal. Luego, echó un vistazo al reloj: vaya, solo era la 1 de la mañana. Sin pensarlo demasiado, se puso la chaqueta de cuero y se miró al espejo. Los ojos azules le devolvieron la mirada desde el espejo divertidos recordando que había un bar en el hotel. Cerró la puerta tras de sí y bajó por las escaleras, regodeándose en el crepitar de la madera con cada paso. Al llegar al final, estiró el cuello y vio las luces tenues al final. No sabía ...

Bienvenidos al hotel Heartbreak.

En esta noche oscura, una vez más, os esperamos en el hotel Heartbreak, siempre dispuesto, siempre disponible. Todas nuestras habitaciones son suites, y todos nuestros invitados salen encantados. Yo soy la recepcionista, una mera trabajadora que se dedica a entretener mientras os buscamos una habitación. En este hotel, primamos la comodidad y el lujo a la hora de ofrecer nuestros servicios, pero debéis comprender que, una vez entráis, vuestras historias se quedarán aquí, por el resto de la infinidad. Al fin y al cabo, somos una auténtica joya, un lugar al que acudir desde el principio de los tiempos, un secreto que guardamos (y guardáis), sólo para aquellos que lo necesiten tanto como vosotros. Así que, si una noche oscura, en un camino casi abandonado, os encontráis con un edificio negro y un rótulo con un corazón partido, sabréis que habréis llegado. No aparecemos en buscadores ni en guías turísticas, pero seguro que estamos ahí justo cuando más lo necesites. Y si no nos llegas a...

Alguien que te quiera...

...como Snape quiso a Lily. ...como Ukyo quiso a Heroine. ...como Kamina quiso a Yoko. ...como Peeta quiso a Katniss. ...como Heathcliff quiso a Catherine. ...como Yuki quiso a Yuno. ...como Arturo quiso a Alexia. ...como Lelouch quiso a CC. ...como Gokudera quiso a Yamamoto. ...como Lucy quiso a Kota. ...como Zero quiso a Yuuki. ...como Saito quiso a Louise. ...como Dante quiso a Trish. ...como Brandon quiso a Maria. ...como V quiso a Evey. ...como Romeo quiso a Julieta. ...como Oberon quiso a Titania. ...como Will quiso a Elizabeth. ...como Hook quiso a Emma. ...como House quiso a Cuddy. ...como Magnus quiso a Alec. ...como James quiso a Tessa. ...como Caym quiso a Phoenyx. ...como Zeref quiso a Mavis. ...como Izaya quiso a Shizuo. ...como Reshi quiso a Pandora. ...como Kvothe quiso a Denna. ...como Tony quiso a Pepper. ...como Eric quiso a Shelly. Y, sobre todo, COMO BAN QUISO A ELAINE. Eso es lo que todos buscamos.

Pesadillas de Invernalia.

Confusión, ese estado tan interesante de la vida humana que hace que todo parezca un poquito más irreal y extraño de lo habitual. 'You should have kissed me.' 'And I have seen, and now it seems that I, without your eyes could never be. My one desire, all I aspire, is in your eyes forever to live, I travelled over the seven oceans, there is nothing that I wouldn't give. Looking for someone comparing to  you, tearing down windows and doors, and I could not find eyes like yours.' Buenas noches, cielo y sol, y la luna seguirá allí cuando duermas y despiertes, en el día y en la más profunda de las noches, siempre que quieras verla.

Borrador

Cuentan que, hace tiempo, existía un reino algo especial. En el Sur se erigía un enorme castillo, más brillante que las estrellas y tan grande que todos los habitantes habrían cabido sólo en su salón. A pesar de todo ese espacio, sólo cinco personas habitaban el castillo: la princesa, un asesino, un sabio, una hechicera y un bufón. El castillo siempre estaba limpio, todas las comidas estaban preparadas a su hora. Como si en él vivieran millares de criados. Unos decían que los reyes se habían marchado de viaje, otros, que el asesino los había descuartizado y sus cuerpos yacían en las mazmorras del castillo. Nadie sabía la verdad. El bufón nunca mostraba su cara. Llevaba una máscara, bien alegre, o bien triste, y las indumentarias propias de un juglar. Nadie sabía su edad, pero sus manos revelaban que era joven. Se decía que era parte del castillo, que simplemente estaba allí porque no podía moverse, pero nunca salía. También decían que podía desaparecer... La hechicera había...

Jackie Violence.

When it hurts so much you can't breathe, your heart can't beat and your life becomes so cold... JV