Entradas

Mostrando entradas de abril, 2020

Hotel Heartbreak, habitación 582.

Terminé de fumar el cigarro y lo tiré al suelo antes de echarme la bolsa al hombro y entrar en el hotel. En realidad, era bastante sencillo saber dónde había ido Angel después de perder su geolocalización. La organización había sido bastante estúpida al no pensarlo, teniendo en cuenta los rumores. No me pusieron pega al entrar, y tampoco me resultó especialmente extraño encontrarme con un trans llamado Cassandra en la recepción. Lo cierto era que no esperaba que fuera un lugar normal en ningún momento: se oía lo que se oía, y si un 10% era cierto, ya había motivos para preocuparse. Lo jodido era que me hubiesen mandado a mí. Suspiré y me metí en la habitación, sacando el portátil e intentando hackear la red del hotel. Sin embargo, pese a que el ordenador se conectaba, no parecía aparecer ninguna red. Después de un rato de infructuosos intentos, me eché hacia atrás en la silla y chasqueé la lengua. Pobre Angel, sí señor. Eso decían todos. Pero esa pequeña zorra llevaba escapándose y e

Hotel Heartbreak, habitación 213.

Me desperté, pero el dolor de cabeza seguía siendo atronador. Lo cierto era que no terminaba de acostumbrarme a estar en un mismo sitio durante tanto tiempo, sobre todo desde hacía una temporada. Saqué un cigarro del paquete y me eché de nuevo en la cama deshecha, descalzo. Arranqué un sonido incómodo de la cama, y me di cuenta de que me había quedado dormido sobre todos los informes que había intentado relacionar. En realidad, no tenía por qué hacerlo. Es decir, me habían echado de la policía en cuanto me obsesioné con el caso. Dijeron que eran asesinatos inconexos, era una ciudad grande y cada cierto intervalo, era normal que apareciera alguien muerto. Sin embargo, yo seguía convencido de que no era una casualidad. Tres hombres, todos ellos entre 20 y 35 años, con una pequeña marca en las muñecas. Los forenses habían decidido que era una coincidencia, que no había absolutamente nada más que respaldase que los había matado la misma persona. Pero algo dentro de mí me decía que sí, pes